sábado, 27 de junio de 2009

Wiñoy Xipantü. La nueva salida del sol



Como cada amanecer trae consigo el misterio de un nuevo día, cada inicio de un nuevo ciclo nos depara renovadas esperanzas.
El solsticio de invierno este año se produjo el 21 de Junio y no deja de ser una fecha significativa para aquellos que hacemos de la interculturalidad una forma de ver y transitar la vida; pocas veces concuerda el solsticio con la fecha estandarizada del calendario Gregoriano.
En Los Toldos, el territorio mapuche mas fuerte de esta región de la provincia, con tiempo nos preparamos para recibir el nuevo sol.
Comenzamos en la mañana del sábado 20 y la ceremonia se extendió hasta el mediodía del domingo.
Asistieron a la celebración mucha gente. En momentos rozamos el centenar de personas. Fue muy fuerte ver cuando pedimos el permiso al lugar de la ceremonia caminando en silencio, girando cuatro vueltas en yunta, varones de la derecha y las mujeres por dentro del semicírculo que formábamos en torno al pillan lelfün, o lugar de la ceremonia. Ese silencio para muchos hablaba y nos contaba cosas muy profundas.
Había en el grupo desde chicos pequeños de tres años hasta ancianos.
La noche nos sorprendió en ceremonia, la tormenta fue su aliada para que termináramos en completa oscuridad.
Al finalizar la ceremonia encendimos el ñizol kuxal, el gran fuego que sería el centro de toda la noche. Teníamos amontonada ya abundante cantidad de leña y mientras le cantábamos el Tail kuxal, el canto al fuego, la persona que destinó y cedió el espacio ceremonial le acercó un fósforo; sin ningún combustible químico el fuego comenzó a encender con decisión. Fue esa la primera señal que el espacio nos recibió. Esa señal también marca que vamos por un camino correcto en cuanto a la identidad. Que estamos haciendo las cosas bien.
Luego la noche nos encontró muy unidos con mates y torta fritas. Ya mas entrada la noche se preparó la comida mapuche por excelencia para estos casos: la pankuxa, una especie de sopa con muchos vegetales, carne y masa tipo ñoquis, muy bien condimentada que hace un efecto térmico importante en el organismo. Luego hubo abundante carne asada y también se experimentó el tostado del ngillü o fruto del pewen, mas conocido como araucaria, el trigo tostado mezclado con leche que da una suerte de “chocolatada” bebida muy antigua aunque pos conquista.
La noche transcurrió muy amena aunque en momentos lloviznaba, lo que para algunos sería un motivo de enojo, no escuché a nadie manifestarse, es mas todos la tomaron como parte de los invitados.
Al amanecer nos preparamos para la ceremonia central del wiñoy xipantü. Apagamos los faroles y nos preparamos para recibir la luz natural del amanecer. En ese instante la lluvia se hacía mas insistente, de ser una invitada mas parecía querer adueñarse del pillan lelfün o espacio de la ceremonia.
De cara al Este recibimos la nueva salida del sol. Las nubes se interpusieron arrogantes ante los mapuches que lo esperábamos ver salir.
Cuando definitivamente amaneció, que la claridad comenzó a marcar el nuevo ciclo, con mucho frío y la cara mojada recibimos el año nuevo natural. Consideramos que esa es una prueba mas para afianzar la identidad, para reconocernos como parte de un todo.
La ceremonia duró un poco mas de una hora y por momentos la lluvia cesaba y algunos pájaros comenzaban la rutina de surcar el cielo.
La tierra reseca agradecía el agua del nuevo ciclo natural y devolvía en pago un perfume especial.
Los mapuches nos emocionamos cuando adquirimos y comprendemos el lenguaje de la naturaleza. Por eso somos mapu, por eso somos che. Y cada inicio natural renace el orgullo de pertenecer a un pueblo milenario.





Juan Carlos Corón
Equipo educación intercultural
Pu Kimeltuchefe

2 comentarios:

Pablo dijo...

Estimado Juan Carlos Corón
Me llamo Pablo Mariano Presas y me gustaría ponerme en contacto contigo. La idea es conversar un poco sobre la tematica del blog y así sumar conocimientos.
te dejo mi e-mail pablo_presas@hotmail.com
Abrazo

Anónimo dijo...

Silvia, Juan y Jorge! Los felicito por el trabajo! Espero verlos pronto nuevamente y compartir junto a ustedes alguna ceremonia. Un gran abrazo. Santiago Favaro.