jueves, 19 de febrero de 2009

Lo que pudo ser y no fue


No sabemos cuanto puede haber de inocencia o culpa en esta acción.
Solo sabemos que los actos de soberbia, invisibilidad. Los actos de ninguneo o de negación de identidades, es un acto de “pecado”.


Hace un par de meses, (a mediados de Diciembre) un grupo de mujeres católicas, quienes eran habitúes de las misas que se celebraban en la capilla del campo. (Esa capilla hoy quedó tapera, y está a la venta por que las monjas fueron enviadas a colonizar a otro lugar). En consecuencia estas damas se quedaron sin las exóticas misas celebradas en lo que fue la comunidad mapuche de Los Toldos. En recuerdo decidieron homenajear a una de las monjas encargadas de “civilizar” al pueblo mapuche.


Llevada la inquietud al Honorable Consejo Deliberante, desde este cuerpo, manifestaron que ellas elijan a que deseaban poner el nombre en homenaje a la monja.


Volvieron con la propuesta de ponerle el nombre a la calle que va desde la entrada “al campo de la tribu” hasta la ex capilla de las hermanas de la caridad. Manifestando que el obispado y la comunidad mapuche estaba enterados y de acuerdo…


Suponemos que desde el obispado se habrán sentidos orgullosos por la propuesta, y también la organización “mapuche” Mari chi wew, quien su líder es catequista… Pero ¿Y los mapuches de verdad? Los que practicamos la cultura y la espiritualidad mapuche. Los que no somos católicos ni evangelistas, peronistas ni radicales. ¿No se les ocurrió preguntarse si estábamos de acuerdo en homenajear a quien nos ha colonizado espiritualmente? Sí, nos colonizaron, lo hicieron a través de la obra de caridad para lo cual habían sido programadas. Pero lo hicieron.


Si no nos arrebataban la identidad y el territorio, no necesitábamos esa caridad, es mas, devuélvanos el territorio y dejen organizarnos y no necesitamos hoy tampoco los planes sociales y la caridad del Estado. No necesitamos ayuda, solo el territorio y que nos saquen la pata de encima.


Ante la propuesta de nombrar esa calle con el nombre de la monja, el H. C D. abrió un registro de oposición conforme a una ley provincial que les sirvió para, como decimos en el campo: “sacarse la soga del cogote”
Seguidamente y cuidando el presupuesto, publicaron un pequeño recuadro en los dos medios escrito locales.


Lo que pudo haber sido, la calle rural de la comunidad mapuche, que el Estado y la iglesia desarticularon, hoy podría llevar el nombre de una de las colonizadoras.


No fue, gracias a la rápida acción de un grupo de mapuches y gente no mapuche, con sentimientos y pensamientos claros que en cuestión de horas, en el día de cierre del registro de oposición, logramos juntar las firmas necesarias para detener el homenaje.


Desde nuestra posición y en nombre de la interculturalidad, manifestamos que no estamos en desacuerdo que los fieles le rindan homenaje a quien sea… Pero con sus cosas. No nos molesta si quieren sacarle el nombre a la iglesia y ponerle el de esta monja… Es cosa de ellos. Pero parados desde la misma interculturalidad exigimos que se respete nuestros sentimientos y nuestras pautas culturales.


Juan Carlos Corón
Equipo de educación intercultural
PU KIMELTUHEFE