jueves, 30 de octubre de 2008

SUPRESION DE IDENTIDADES

Da tristeza todo acto de pérdida, es como un acto de muerte.
La colonización ha hecho un buen trabajo en nuestros hermanos mapuches de Los Toldos.

Son 150 años. Que ayudaron a la amnesia total de los descendientes de aquellos guerreros. Por que ningún pueblo entrega su territorio y su identidad sin luchar; y menos los mapuches… Primero los convirtieron en soldados, luego los convirtieron en católicos y empadronaron como ciudadanos argentinos.

Luego los convirtieron en mano de obra barata, prohibiéndole la práctica de la cultura ancestral y negándole la adopción de la nueva, discriminándolos y negándole la alfabetización.
Posteriormente la misma alfabetización de la mano de la escuela Sarmientina, homogenizadora y colonizadora, hizo la parte mas fina; Dijo Sarmiento: ¡Civilización o barbarie!
Si no eres civilizado a la europea, eres un bárbaro. Si eres un bárbaro no hay cabida en este país.
Europizado o exterminado, hay solo dos opciones.

Por décadas la educación fue lo que nos trasculturizo a los descendientes de aquellos mapuches derrotados militarmente por el ejército argentino.

La escuela terminó la conversión. Sembrando el orgullo argentino. Nos enseñó a amar otros símbolos, mientras los nuestros eran desacreditados por ser símbolos de la barbarie.
Solo nos dejaron la simbología que le servía a ellos: la lanza y las boleadoras con el viejo estereotipo del guerrero vencido.

Esa misma escuela también fue cómplice de la religión, inculcándonos la idea del catecismo, el bautismo, la comunión… Por décadas, por generaciones, no se conoció otra cosa, todos terminamos creyendo que era lo correcto, que no existe ni existió otra cosa. (Aunque parezca mentira todavía en argentina existe la “religión oficial”)

Sometidos a esa amnesia colectiva, los mapuches de Los Toldos hemos olvidado también todo acto de crueldad a lo que nuestros antepasados fueron sometidos.

En nombre de esa amnesia nos hemos vuelto totalmente tontos. Hemos perdido la identidad. Y lo que no hemos olvidado lo enmascaramos: No podemos quitarnos el color de la piel… pero si del cabello… Es común ver a nuestras mujeres con el pelo pintado de rubio o pelirrojo. Es común ver a muchos de nuestros hombres también con el pelo pintado, con barba bien cuidada a la moda o formando parte de las filas de la policía. Es común ver curas o pastores evangelista entre nuestra gente.

Toda nuestra gente ha dejado homogenizarse en lo que por generaciones fue inculcado: Civilizados a la europea.

El pueblo mapuche jamás sanará su psiquis. No lo podrá hacer autoengañándose acerca de su propia identidad.

Solo el día en que comience su reafirmación, que comprenda que fue engañado, confundido, invisivilizado, estafado.

Solo el día que manifieste su bronca en homenaje a sus antepasados exterminados, esclavizados, ultrajados…

Solo el día que esa bronca además, se aprenda a manejar y se convierta en herramienta de construcción. Recién ese día comenzaremos a retomar esa vida que quedó latente hace 150 años.

Recién comenzaremos a vivir en el kume kalen (estar bien con el todo) Recién comenzaremos a sanar nuestra psiquis y nuestro espíritu. Recién comenzaremos a ser nosotros mismos.



Juan Carlos Corón
Equipo de Educación Intercultural
PU KIMELTUCHEFE


NOTA. El afiche que ilustra este comentario, lamentablemente no es una creación gráfica… Es real. Pertenece a una de las agrupaciones “mapuches” de Los Toldos.

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