viernes, 7 de noviembre de 2008

Hoy puede ser un gran día Por Marcelo Valko


En diario Pagina/12 del viernes 7 de noviembre, el periodista Darío Aranda realiza un reportaje imperdible en relación a la actualidad de los pueblos originarios. En ese impecable reportaje que ronda entre el asombro y la verdad más absoluta, podemos leer conceptos como “invisibilidad”, “genocidio” y donde se plantea una “reparación histórica” para los indígenas. Una serie de conceptos con los que coincido y sobre los que venimos trabajando, junto a tantos compañeros, hace ya unos cuantos años. Ahora bien, lo asombroso y lo que en realidad no deja de maravillar, es que tales conceptos no salen de boca de un dirigente comunitario o de alguno de los que con toda modestia, intentamos día a día combatir tales injusticias. Lo asombroso es que el entrevistado en cuestión sea el juez de la Corte Suprema de la Nación Eugenio Saffaroni.
A todo lo largo de América, durante cinco siglos, la Justicia siempre se encontró en las antípodas de las reivindicaciones solicitadas por los indígenas. ¡Siempre! Durante la Conquista, la Colonia y la Era Republicana los tribunales se dedicaron con malicioso esmero a fallar en contra de los elementales derechos de las comunidades. Incluso en la época del Virrey Toledo, se había llegado al colmo de prohibir mediante un Bando la figura legal del “indio pleitista”. ¿Qué pleiteaba el indio pleitista? Pleiteaba por sus tierras usurpadas. Más tarde, y aún durante el siglo XX, los tribunales provinciales y nacionales se cansaron de archivar y adormecer los oficios elevados por las comunidades. Por ejemplo los kollas del Malón de la Paz de 1946, cuando deciden “bajar” a Buenos Aires, no es para realizar un “tour” o “una caravana carnavalesca”, como algunos insensibles llamaron a esa marcha, sino porque habían fracasado infinitas veces frente a los tribunales de las provincias de Jujuy y de Salta.
Por eso cuando escuchamos a un juez de la Corte Suprema decir que el “genocidio continua aún hoy invisibilizando, omitiendo, dejando que se mueran”, o cuando incluso habla de “genocidio por omisión” todos comenzamos a mirar de otra forma a esa inestable señora de los ojos vendados que siempre de dedicó a inclinar la balanza para un solo lado.
Y Saffaroni profundiza aún más sus dichos al hablar de la reparación histórica, dice que “hay que reivindicar derechos, fundamentalmente, el derecho a la igualdad. Esos derechos deben ser reivindicados tanto en el plano político como por vía judicial”. Incluso se explaya sobre una de las hipótesis fundamentales que desarrollamos en “Los indios invisibles del Malón de la Paz”. Dice por ejemplo que: “la invisibilización de los pueblos originarios es una de las formas de discriminación. En la medida en que se niega la existencia, los pueblos indígenas reclaman derechos que no les dan y no se los dan porque “no existen”. Entonces, a los pueblos indígenas se les está negando la propia existencia.” Pero una cosa es que lo plantee un simple investigador, y otra muy distinta, fundamental y trascendente es que la esgrima un juez de la Corte Suprema de la Nación.
Y todavía el asombro no termina. Como si estuviésemos escuchando al Maestro Osvaldo Bayer, Saffaroni plantea con total claridad que: el Estado argentino con los pueblos originarios también cometió un genocidio… El roquismo, con la figura de Julio Argentino Roca, representa el proceso de disciplinamiento.”
Realmente, después de tanta matanza, después de tanto “requerimiento”, de tanta violencia sin sentido, de tanta esclavitud, de tanta invisiblidad, parece que comienzan a soplar nuevos vientos, nuevos soles. En este sentido tomamos a las declaraciones del juez de la Corte Suprema. Y por supuesto que tiene enorme un enorme mérito Saffaroni, pero mucho más mérito, tuvieron las comunidades de todo el Continente que durante cinco siglos siguieron resistiendo, peleando y pleiteando para salir de la más cruda y absoluta invisibilidad.
Por eso parafraseando a Serrat, decimos que hoy realmente es un gran día.

Marcelo Valko
Profesor Titular Cátedra
“Imaginario étnico, Memoria y Resistencia”, UPMPM

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