domingo, 11 de enero de 2009

El legado de la madre


Hijos, creo que ha llegado la hora que hablemos. Siglos, milenios… Cuanto tiempo los he ayudado. Pero hoy estoy achacosa y vieja.
Veo como se transforma la vida, como se escapa y nada puedo hacer. ¿Recuerdan cuando les regalaba frutas silvestres? ¿Recuerdan cuando jugaban y se bañaban en las lagunitas?
Ya todo eso no está mas... Cosas de vieja, no me hagan caso. Hoy me piden que llueva, y no puedo complacerlos. ¡Una gota!!! No, no es lluvia, es solo una lágrima. Una de las últimas que me quedan.
Ustedes, los sabiondos del siglo XXI, ¿Por que en lugar de perfeccionar los pesticidas y equipos de fumigación no fabrican agua, y equipos de riego? Ha claro, el agua no se puede fabricar… Yo tampoco puedo hacerlo. Disculpen. No me pidan un milagro. En la naturaleza no existen los milagros. Pídanselos a aquellos que inventaron que ustedes son los reyes de la creación y eso les da derecho a destruir otros seres inferiores, a contaminar, a secar ríos a perforar montañas, a talar selvas, hasta de esclavizar a sus propios hermanos de especie, solo por que ustedes mismo los ponen en inferioridad de condiciones a costa del poder económico… No, definitivamente deben entender que no son reyes de nada. Mis pequeños, en la naturaleza no hay monarquía. Todo debe encajar en una compleja armonía física y química. Yo tampoco puedo hacer nada sola. Necesito ayuda, necesito los espejos de agua para absorber la humedad. ¿Recuerdan todas las lagunas donde pescaban y jugaban de chicos? Hoy las transformaron en campos cultivables, solo queda una raya que forma los canales que se llevaron nuestra agua al mar. Hijos, en que poco tiempo cambiaron todo. No hace mas de 50 años que yo los veía felices chapaleando agua.
Disculpen si se requiebra la voz, tengo la garganta muy reseca… ¡Dos gotas!!! No, no es lluvia, creo que son mis dos últimas lágrimas. Estoy muy deshidratada. No se hasta cuando los acompañaré.
Hijos les entrego mi legado, que suena a epitafio. ¡Reflexionen! Tal vez todavía se pueda hacer algo. Piensen que no se llevaran el Glifosato, el Parathión, ¡El cianuro!!! Ellos se los están llevando a ustedes. ¡Como han involucionado mis pequeños!
¿Recuerdan lo hermoso de un arco Iris?, el croar de las ranas?, ¡el olor a tierra mojada!!!
Cuando los chicos hacen lío no le digan: no sean indios. Siiii intenten ser un poco indios… Ellos no son perfectos pero es lo que mas se asemeja a la perfección animal. Ellos estuvieron en este suelo por miles de años y les dejaron un vergel, o mejor dicho. Ustedes se lo quitaron. Mis hijos indios vivían en armonía. No destruían, no contaminaban, tenían todo al alcance de la mano. Éramos tan felices con sus hermanos mayores!!! Busquen, pregunten a los descendiente de esa gran cultura, todavía hay mucha sabiduría en ellos.
Con paciencia y ternura, de una forma sencilla (a lo indio) quise dejarles mi legado.
Los quiero mis pequeños, aunque sean soberbios y no les moleste destruir el ambiente.
Tal vez algún día le den la razón a esta vieja achacosa.

Con todo mi corazón.
La madre tierra.

Juan Carlos Corón
Equipo de educación Intercultural
PU KIMELTUCHEFE

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